Hemos dicho que el Euskal Sena es el ‘instinto cultural’ de nuestro país. A menudo, también se ha sintetizado como nuestra nortasuna, nuestra personalidad e identidad. En cualquier caso, debe ser reconocido como una vision del mundo integral. Hemos recordado reflejos en el idioma, la mitología y otras manifestaciones culturales. Veamos un rápido bosquejo de todo el cuadro.

La atención de la mitología vasca son las fuerzas naturales, tomadas tal como son. La Euskal Sena es, en general y respecto a la existencia, naturalista y animista. La referencia es la unión con la Naturaleza, como en el euskara. Pero las implicaciones por este lado son todavía más profundas.

Quienes vivimos en esta Tierra, somos hijas y expresión de Amalur, según el mensaje de esta cosmovisión. No somos más que una manifestación de ella, entre las demás. Y sabemos que no hay nada más allá de la Naturaleza y nosotros; vivimos sin obediencias, sumisiones ni miedos a ningún Dios ni poder extraño a nuestro mundo.

Pero nosotros y Amalur, todo y todos, somos Huts o vacuidad. El euskara utiliza el concepto de vacío para definir seres o esencias (kafe hutsa, por ejemplo, no es ‘café vacío’ o taza sin café, sino ‘café solo’, café en toda su totalidad y pureza). Definir las cosas y esencias por su Vacío o Vacuidad implica una filosofía profundamente existencial. De hecho, el euskera es el único lenguaje del mundo capaz de reflejar, en la sintaxis más básica posible, el núcleo y misterio de las grandes tradiciones de sabiduría del planeta.

Vivimos a la Etxea o casa como corporización de Amalur. La ‘Sena’, lo que en la vida es lícito y lógico, lo vivimos en relación a la etxea o casa y a su familia y tradición amplia. Así, “todo el deseo de los vascos es fortalecer la casa… Se saca de todos lados para cuidar la casa, este ha sido el papel de nuestra gente por siglos”, y de allí se extrae también la ética, pues “quien mide al otro mira su propia medida, esas medidas son creadas en el hogar y rigen las relaciones” (Latxaga 1999).

Siendo Etxea, Amalur y Huts los ejes de esta cosmovisión, en ella desarrollamos la filosofía profunda y especulativa que hemos ido apuntando. Aceptamos el vacío, el misterio y la ilusión de la existencia y, como ya hemos dicho, las unidades, integridades y circularidades en que se manifiesta.

Asumiendo una cierta existencia a las dimensiones sin existencia (inor ‘no alguien’, inoiz ‘no alguna vez’, inon ‘no en algún sitio’…) se les asume una al negar su inexistencia en las frases (inor ez ‘no no-alguien’, inoiz ez ‘no no-alguna vez’, inon ez ‘no no-en-algún sitio’…). Aceptando también positivamente en la existencia a las cosas posibles o condicionales con el prefijo asertivo -ba. Con esas confirmaciones claras de las expresiones bada ala ez bada o bada edo ez bada, pues ‘lo que no es también es’. Es una constatación clara también de todo ello la antigua creencia Izena duen guztia ba da, ‘todo lo que tiene nombre tiene ser’. Todas estas cuestiones tienen una gran filosofía detrás, aunque no aparezca en ningún libro académico.

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